Crecí en un pueblo de apenas 14,580 habitantes, con los campos verdes del norte de Alemania justo al salir de nuestra puerta principal. La naturaleza es importante para mí, y en Sant Cugat abunda. Por esta razón me asenté en Sant Cugat en el 2014.

Durante cinco años me dediqué a hacer suplencias a otros quiroprácticos en España y finalmente en el mes de febrero del 2019 abrí las puertas de mi consulta en la Calle Cerdanya No.8 de Sant Cugat, en los bajos del Edificio Ametller Origen.

Desde muy pequeña, mis abuelos me enseñaron a valorar y mantener las cosas que apreciamos, incluyendo nuestra salud, claro. Nacidos en 1934, la caducidad programada de las cosas no entraba en su vocabulario entonces, ni ahora. ¡Todavía andan en bicicleta por el pueblo!

Nuestro cuerpo no tiene una fecha de caducidad predeterminada. Depende del buen mantenimiento que le demos. Es desde este punto de partida que trabajo con mis pacientes, mejorando su calidad de vida. Vivir mejor es posible, con la quiropráctica. Esta premisa es la que me apasiona cada día, el ajustar las columnas de mis pacientes, viendo cómo evolucionan visita tras visita, esto…lo disfruto muchísimo.